«Llega un momento en el que te das cuenta, ya no simplemente te gustan. Empiezas a emocionarte, empiezas a sentir, a añorar, a soñar… Me pasó anteriormente, y pensé que lo había superado, que no volvería a ocurrir, pero ahí va de nuevo. Esas cosas pasan, no son una moda, son cosas que te ayudan, a mi me ayudaron, esta vez espero que me ayuden también. Que no sea solamente sufrimiento continuo por ser una ilusión.
El problema está en que quieres adentrarte tanto en ello que envidias lo que tienen. Sueñas con hacer lo mismo, sueñas con vivir lo mismo, sueñas con dar a los demás lo mismo que ellos te dan a ti. Y luego caes en la realidad, tu realidad, y te das cuenta de que el tiempo pasa, y tu sigues en el mismo lugar haciendo las mismas cosas, y que llegas tarde, porque las cosas no pueden ser inmediatas, necesitan su tiempo para desarrollarse. Porque esas cosas son las mas difíciles de conseguir, llegar al lugar en el que están, y conseguir que la gente se emocione por las cosas que hacen, lograr que la gente llore, que la gente ría, lograr admiración. Eso es lo más difícil.
Esa es la peor parte, caer del limbo en el que te encuentras, a nadie le gusta que los sueños se le rompan, a nadie le gusta aceptar una realidad en la que sus sueños no pueden ser posibles. Pero hay que aceptarlo, porque no podemos vivir en una fantasía. No podemos vivir en un sueño. Porque al final eso solo nos hará daño, daño como está empezando a hacer. Ese dolor tan conocido que sentimos en el pecho, ese vacío al que todos tememos. Sí, eso mismo es lo que le pasa a la gente cuando sueña de mas, cuando crea fantasías por evadir la realidad.
Por ello mismo hay que controlarse, aunque no se pueda, porque al fin y al cabo eso es eso, solo una fantasía, un sueño irreemplazable e irrealizable.»
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