«Hay días duros, y esos días es cuando todo te golpea. La realidad se te cae encima como si de una tonelada se tratase, aplastándote, alterándote, dejándote sin respiración. Y cuando eso pasa te quedas en shock, dejas de ser quien tú creías ser y te conviertes en una marioneta, pierdes los sentimientos, las emociones, las ganas, las fuerzas, lo pierdes todo.
Te asustas y dejas de reaccionar frente a lo que ocurre a tu alrededor, es demasiado para asimilar y ya estás cansado. Por lo que por muchas cosas que pasen, vas a seguir en igual, por muchos cambios que hayan, vas a seguir sin reaccionar, por mucha ayuda que te presten, vas a seguir en asustado. Porque quien quiera ayudarte seguramente no habrá pasado por uno de esos días, o tal vez no recuerde cómo se siente. Pero duele.
Pese que parezcas acostumbrado a esto, uno nunca puede, nunca se habitúa a aquello que le rompe os esquemas de como cree ser, a aquello que te deja completamente vacío, aquello que te priva de las emociones, sentimientos y la capacidad de reaccionar a lo que te rodea.
Y a veces, en estos días duros tan solo es necesaria una pequeña frase o un pequeño gesto para lograr que alguien caiga en ese estado, una pequeña burla que muchos pensarán que es inofensiva puede ser la última gota que colmará tu vaso.»
Si quieres leer contenido similar haz clic aquí.
Sin comentarios